domingo, 30 de diciembre de 2012

Rumbo al sur.

El autobús sale de la estación junto con mis ganas de verte, rumbo al sur, mochila en mano. La niebla obstaculiza en vano el camino, impidiendo que melancolía vea el horizonte, pero con nostalgia no puede nadie: ella se lo imagina. Mi corazón pretende salirse del pecho latiendo más fuerte que nunca, y de vez en cuando tras un impulso de euforia se me escapa una sonrisa. Hace tiempo que reemplazaron aquellos suspiros que susurraban un 'te echo de menos' casi incomprensible. Lo cual, por suerte o por desgracia, no significa que desde entonces dejara de echarte de menos, sino que la mecánica de mi corazón ha ido transformando paulatinamente mis suspiros, tus miradas, mis lágrimas, tus palabras, mi tristeza, mi melancolía, y tus besos en sonrisas, porque ahora al echarte de menos mi mente se llena de momentos mágicos que hemos pasado juntos desde que las estrellas, o cupido, hechizaron mil canciones un catorce de octubre.
Y ahora sonrío mientras este autobús avanza por las llanuras de la Mancha, pues no he dejado de pensar en ti ni un solo segundo.