miércoles, 13 de marzo de 2013

My star.

Hay una estrella allí arriba, en lo más alto del cielo. Parece que lleva tu nombre, aunque no consigo verla bien. En cualquier caso, cada noche decide salir a la luz de la luna para traer consigo un recuerdo del brillo de tu mirada en aquellas tardes de verano, o en aquellas noches de invierno que compartimos con el frío. Al principio siempre me provocan una sonrisa, hasta que tu recuerdo se convierte en espinas que me arañan el corazón, porque te echo de menos, porque es invierno, hace frío y una noche más tú no estás a mi lado.
Pero aun así, cada noche me asomo a la ventana a contemplar ese brillo embriagador que, aunque no sea el verdadero de tu mirada, es un comodín que sirve de apoyo durante las frías noches en las que tus abrazos no pueden darme calor. Es entonces cuando te siento más cerca, y me atrevo a decir que hasta veo a la estrella parpadearme una señal.