viernes, 15 de mayo de 2015

Juliorfía y Romerismo

                                                  PERSONAJES

JULIETA CAPULETO, Ortografía.

ROMEO MONTESCO, Periodismo.

                                                     PRÓLOGO

Esta brevísima pero concisa versión alternativa de Romeo y Julieta tiene como fin único y último promover un correcto e inteligente uso de ese aspecto omnipresente tantas veces ignorado y menospreciado: la ortografía. Es, pues, un ligero reflejo hiperbólico de la vida diaria de los periodistas (en la que deben hacer llegar a su público una información lo más comprensible, comprobada y ordenada posible) sobre dos de los personajes más prestigiosos de la historia.

Para su mayor brevedad, he tenido que omitir escenas y terceros personajes obviando que el argumento real es bien conocido o, en caso contrario, deducido.

                                                       ACTO I

En estas escenas aparecen un Romeo y una Julieta muy diferentes a los del gran Shakespeare; esta vez la misión y el argumento es insistir en el correcto uso de la ortografía por parte de los periodistas, interpretando así Julieta a la ofendida Ortografía y Romeo al ingenuo Periodista. Romeo tratará de embaucar a Julieta, pero lo hará de una forma ortográficamente errónea, lo que provocará su rechazo (que representaría el rechazo del lector al contemplar los errores).

                                                       ESCENA I

Entra ROMEO al baile de máscaras de la casa CAPULETO.

ROMEO: Demasiado atrevido he sido al venir hasta terreno enemigo. Con el rostro oculto, al menos, desaparece algo de riesgo. ¡Qué anbiente juvenil! ¡Cuántas jovencitas emmascaradas buscando un hombre que conplete su vida! Muchas damas, pero pocas mujeres pisan este suelo.

Entra JULIETA con un antifaz por el lado opuesto.

R: Pero, ¿qué ven mis ojos? Una mujer que destaca por encima de todas las demás. No sé si será ceguera o que deslunbra más que una estreya, pero me inpide su belleza quitarle de encima estos ojos. Tímida parece tras esa columna, pero al frío marmol que la conpone sólo calor podría transmitirle. ¡Y cómo camina! Prendado me hayo, debo actuar.

Se acerca sutilmente hasta quedar frente a ella.

R: Vuestro nonbre he de preguntar, si no es indiscrección.

JULIETA: Julieta me llaman, buen hombre. Se pronuncian nombre e indiscreción, pero por supuesto no hay ninguna; el nombre de una mujer nunca podría ser secreto de Estado.

R: Julieta... Exhala belleza y juventud. Tez pálida, figura esbelta y un corazón que rebosa de coraje. Y vuestro rostro, oculto, ¿sí es secreto de Estado?

J: Sólo esta noche, por si caballeros intrépidos como vos se atreven a cortejarme.

R: Era de suponer que con un porte como el vuestro pocos honbres se resisten a ello. ¿Es eso que noto recorriendo mis venas aquello que se conoce como celos?

J: No habéis de preocuparos ni sentir celos, todavía a ninguno he concedido el más mínimo privilegio sobre mí.

R: ¿En bano resultaría pediros un baile, entonces?

J: ¿Sin conocer vuestro nombre siquiera?

R: Vuestro Romeo soy.

J: Y decidme, Romeo, ¿cómo deletrearíais vano?

RB-A-N-O.

J: Lo imaginaba. Leed un buen libro y quizá, y sólo quizá, después os lo conceda.

Se aleja no sin cierta decepción y sale del salón. Romeo, sin entender del todo qué acababa de suceder, regresa por donde había venido para recorrerse Verona el día siguiente en busca de un libro.

R: Haré todo aquello que esté en mi mano para conquistarla. Mi corazón suyo es y mi mente desprenderse de ella no puede.

                                                        ESCENA 2

Tras leerse varios libros con total atención, Romeo emprende una obstinada búsqueda de Julieta. Una vez encontrada, decide ser cauteloso y hacerle llegar una carta a través de amigos en común antes de volver a verla de nuevo. Lee Julieta.

Ermosa Julieta:

Estreno tintero y pluma con orgullo para transmitir mis sentimientos a vuestra jentil persona. No a havido día ni hora que no pensara en vos y en vuestros rebeldes cavellos de oro. Conprendi vuestras intenciones la última vez que nos vimos y ahora mismo podría hablaros de mil y un intelectuales y esplicaros sus disparatadas y fascinantes teorías. Me hayo deseoso de volver a veros y de que compartáis con migo la emoción que halla despertado en vos esta declaración, pues mi almoada empieza a gruñir al oír vuestro nonbre de tantas veces que lo mencionado. Os pido que me concedáis ese baile prometido, pues con mi parte yo e cunplido.

Esperaré paciente una respuesta, no sin cierto anelo:

Vuestro Romeo.

J: ¡Qué barbaridad! ¡Qué blasfemo! ¿Cómo puede sentir algo tan hermoso y sincero y fastidiarlo de manera tan pueril? Cierto es que despertó en mí una emoción muy positiva aquel día en el baile; con sus galas y sus barbas, esa voz tan sugerente y ese rostro tan humilde... Pero no podría aceptar algo así, tan insultante para nuestra lengua. ¿No ha leído tantos libros como dice? Sinceras parecen sus palabras, y sincera su intención, pero insisto en la gravedad de la situación. Pensándolo más fríamente, pudo haber caído en la tentación de prestarle más atención al contenido, como es común. Tendría entonces salvación. Quizá le dé algunos consejos, o quizá le ofrezca unas lecciones. ¿Qué sería de la riqueza lingüística y del sentido de las normas convencionales que permiten su máxima comprensión y difusión? He de advertirle sobre esto; si tanto amor me profesa realmente, me hará caso; o eso espero.

Julieta contesta a la carta con su propuesta y Romeo, embrujado por sus sentimientos, la acepta con atrevimiento.

Y así es como Julieta consigue erradicar esa mala costumbre ortográfica de Romeo. Le enseña a adquirir de los libros conocimientos sobre algo más que su contenido; le enseña a leer cada letra de cada palabra y cada palabra de cada oración, formando así en su cabeza conceptos de todos los ámbitos (ortografía, acentuación, puntuación, gramática, semántica...) y llegando a ser ambos prestigiosos profesores de esta nuestra lengua que tan expresiva, rica y valiosa es.


sábado, 9 de mayo de 2015

Dimensiones

Esta noche he soñado una cosa muy común, con gente que conozco, en lugares cotidianos y normales en el mundo del subconsciente. Sin embargo, esta noche había algo más que probablemente ya había presenciado en sueños pero jamás me paré a pensar en ello.
Me encontraba en una especie de bar-sitio de tatuajes con una chica que al parecer conocía, pero luego no. Lo he escrito con ese guión porque, realmente, el sitio oscilaba entre esas identidades a medida que avanzaba el sueño.
Allí la chica me enseñó una carpeta con diseños de tatuajes y me habló de lo buena que era la tinta que ella tenía. Tras prepararlo todo, estaba a punto de hacerme un tatuaje cuando apareció mi padre, o alguien que se parecía a mi padre fingiendo ser él, y le dijo a la chica que se olvidara de eso. Yo lo miraba y pensaba: “mierda, es que no les pedí permiso”. Y al girar el rostro hacia la chica pude ver como la aguja, la tinta y la mesa de tatuajes se volatilizaban y convertían en polvo, y ese polvo se materializó después en una copa de alcohol y una barra de bar. 
En el sueño no me sorprendió, el subconsciente hace cosas inimaginables; pero, ¿y si fuera esa otra dimensión que nuestra mente consciente no es capaz de ver, pero que está ahí? Al fin y al cabo, nuestro subconsciente es capaz de verlo y crearlo, pero nuestros sentidos son incapaces de captarlo. ¿Es, pues, nuestra conciencia un mero punto de vista más en el universo de las dimensiones? 

jueves, 23 de abril de 2015

Las vueltas de la vida

¿Os ha pasado alguna vez que habéis amado a una persona tan fuerte que pasaba el tiempo, se "esfumaba el enamoramiento", pero en el fondo sabíais que siempre os iba a gustar esa persona y que por diversas circunstancias no había podido surgir nada al momento, hasta que llegara un día en que las circunstancias cedieran?
Y sentís ese día en vuestra piel, débil y suave, pero ahí está, podéis casi saborearlo. Y no podéis decir que no a dejaros llevar, o simplemente dejarlo estar.
Duele, pero duele más absolutamente nada.
Hace poco vi una película homónima al título de esta entrada y pensé: "qué tontería, si tuviera que esperar tanto por alguien acabaría olvidándome, incluso nuestras vidas llegarían a distar bastante". Pero, aunque suene redundante, la vida da muchas vueltas, y no sabes a quién volverás a encontrar, dónde volverá a surgir la magia o dónde volverá a romperse. Digamos que este tipo de sentimiento se impregna en la piel como huella del pasado, sin llegar a ser un fantasma, porque vive y respira inconscientemente. Llega a formar parte de ti, al fin y al cabo.
Seguiría pareciéndome una tontería si no tuviera testimonios en primera persona, o si no lo hubiera diagnosticado en mí misma.

sábado, 3 de enero de 2015

El mundo al revés.

Tú haces pobre al pobre y le inculcas tu ideología consumista induciéndole a robar para sobrevivir, acto que castigas y proclamas como mal ejemplo ante el rico, ese rico al que proteges y tratas como víctima del pobre que tú mismo has creado, para que después este rico robe al pobre sin apenas consecuencias.

Así nace la injusticia.
Así nace la desigualdad.
Así nace el racismo.
Así nace y pervive la estupidez humana.