¿Y qué haces tú? Huir. Como una maldita fugitiva en busca de su utópica libertad.
Cuando ya ni siquiera el amor está ahí para salvarte, cuando ya ni los rayos del sol logran proporcionarte calor, cuando no hay rosa ni mariposa que consiga una sonrisa de tus labios, entonces toda esperanza habrá muerto y tus pupilas se contraerán para no tener que ver nunca más la realidad.