viernes, 30 de septiembre de 2011

Ni la luna siquiera está siempre llena.

En la vida todo es subjetivo. TODO. Y todo tiene su razón. Lo que esta claro es que pocas cosas están claras. La muerte, ¿y qué más? Ni siquiera el origen de la vida está claro. Que si el Big Bang, que si Dios en siete días. Y, ¿cuándo? Dejo el trabajo de pensar en estas cosas a los verdaderos filósofos y demás.
Yo voy a concentrarme en las cosas pequeñas que componen mi vida, y que son directamente influyentes en ella.
Como por ejemplo, la responsabilidad de tener un perro. Pero eso ya lo reservo para otro día, ¡que la inspiración no es infinita!

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