viernes, 30 de diciembre de 2011

Tengo miedo, mamá.

Tengo miedo, mamá. El mundo es horrible, el mal habita en todas partes, es irresistible y omnipotente. No hay un rival hecho a su medida. Es un caos. Algunos intentan pararlo, pero es invencible y somos pocos los que anhelamos el bien, no los suficientes. La envidia y el dolor invaden nuestros corazones, y continuamente intentamos rajarlo para ver si así nos quitamos del medio el mal. Pero es al contrario. Crece y crece sin más dilación. No nos deja opción. Ni nuestro corazón, ni el mal, ni lo que nos rodea. Todo es malo, mamá. Por eso hoy vengo a pedirte que no te alejes de mí nunca. Nunca. Porque eres la excepción que confirma la regla. La única y milagrosa excepción.

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