lunes, 25 de agosto de 2014

A veces nos vemos tentados a buscar respuestas donde sólo hay preguntas. O bien encontramos respuestas abstractas a preguntas muy concretas, lo cual es como no encontrar nada.
Sin embargo, otras veces, inintencionadamente y bajo ninguna expectativa, en el lugar más insospechado para ello y, no obstante, en el momento oportuno, aparecen ante nuestros ojos el porqué y el para qué: emociones.
Antes o después, a partir de ese momento emprendemos un viaje único y palpitante en busca de las emociones perdidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario