Jamás llegué a pensar que el número diecisiete supondría algo más que una simple fecha en la que conoci a un chico que poco después pasó a ser una parte importante en mi vida. Pero ahora es también mi número en el equipo, y muchas otras fechas que jamás olvidaré.
Nada ocurre porque sí, todo tiene una razón, incluso la muerte. Y puede que muchas de ellas dependan del destino, y otras tantas, de nuestras elecciones.
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